martes, 12 de junio de 2012

Final

En esta noche no cabe el sueño, tan solo rememorar los momentos vividos. No recuerdan como se conocieron, tan solo el sentimiento en sus corazones. El mar permanece tranquilo, aguardando las palabras de ella, paciente, mientras la Luna acuna al oyente.
Él no es más que una sombra de todo lo que antaño fue. La ojeras abarcan discretas pero al mismo tiempo dejan ver perfectamente las noches acumuladas sin dormir. Normal que la Luna se muestre tan familiar.
Ella, muchacha de rostro pálido, sólo sonríe, con la mirada perdida entre las olas oscuras que rompen el silencio del momento. Nunca dije que fuera una sonrisa de dicha.

La paciencia toca su fin para dar paso a una conversación pendiente. ¿Qué nos hace el amor, que nos permite saber cuando algo va mal?
La muchacha permanece un momento más en silencio. Pocas palabras salen de sus labios, pero ellas van cargada de la doliente realidad.
Y él deja caer sus hombros al mismo instante de romper a llorar, para volver a levantarlos y abrazarla con desesperación.
Ella observa al mar mientras responde el abrazo. En una lágrima que deja caer la Luna, tímida aún, se refleja, y el llanto de su amado resuena sobre el mar.

No será la última noche, no esta.