miércoles, 31 de marzo de 2010

Tren

Hace tiempo que buscaba tu cuerpo tumbado a mi lado, en la cama. Que anhelaba encontrarte con el torso desnudo en la cocina, mientras el aroma del café inundaba la estancia, y con una sonrisas me dabas mi taza. Pero ahora no te encuentro, te marchaste. Jamás me explicaste el por qué, pero ahora no quiero saberlo, solo ansío volver a verte sonreír.
Muchas personas me han informado sobre ti, tu rutina, amarga como la mía, y he decidido buscarte, después de muchas noches pensándolo.

Ahora estoy corriendo buscando la estación, para tomar un tren que no volverá. En mi asiento pienso en todo lo que me han contado de ti. Tus miradas ausentes, tus palabras que no dicen nada. Siempre he pensado en lo que te diré cuando te vuelva a ver. Te preguntaría cómo has estado, que has hecho y si eres feliz. El tren se detiene. Y en mi vagón la puerta se abre, el cristal transparente de ella refleja decenas de rostros. Entre ellos el tuyo. El corazón se me para, y tu mirada se encuentra con la mía. Me observas y sonríes, simplemente, y tu mirada me refleja que esa sonrisa es sincera, como las que me dedicabas cuando aún estabas conmigo.

Todo a mi alrededor está quieto, mis piernas actúan por sí solas, poniéndome en pie. Nos acercamos. Las palabras se me congelan en la garganta. Olvido todas mis preguntas, mis brazos envuelven tu cuello y los tuyos, mi cintura. Un abrazo eterno, un abrazo que inunda el alma.

En aquella madrugada del veinte de enero.

domingo, 28 de marzo de 2010

Emociones

No tengo historias que contar. No porque mi vida sea aburrida, porque en estos momentos no puedo dejar de reir con las personas que me quieren. Tampoco vivo en un mundo de fantasía, en algunos momentos, saliendo de mi cuerpo para introducirme en la piel de otra persona y vivir una gran aventura, acompañada de mis amigos. Pero de lo que realmente carezco es de emociones fuertes.

Sentir el viento contra mi cuerpo mientras desciendo por el cielo, antes de abrir un paracaídas.

Ahogarme en la dulce adrenalina cuando caigo al vacío, solo protegida por una cuerda.

Estar sentada mientras mis manos controlan la velocidad de una moto, a doscientos kilómetros por hora.

Ver el fuego tan cerca de mi que casi queme, danzando libremente alrededor de una hoguera en la noche.

Sumergirme en las aguas oscuras, y nadar al interior del océano. O en el día bucear para ver las maravillas de él.

Subirme a la más alta azotea en un día de viento y gritar desde ahí que te amo.

Viajar a los lugares más espectaculares del mundo, sin tener que atender a las obligaciones del día a día.

Quedarme de pie, mientras una tormenta cae sobre mi. El agua empapando mis sentidos y los truenos gritando por mi.

Estar en una fiesta, simplemente divirtiéndome, sin tener que mirar el tiempo transcurrido.

O al menos salir cada noche, a un sitio distinto cada vez, hasta que nos salude el amanecer.

domingo, 21 de marzo de 2010

Noche de dos

La noche es la muerte del día. Y no hay nada tan hermoso como la noche. Cuando tu cuerpo está tan cercano al mío, arropadas con las mantas, intentando conciliar el sueño. Tus brazos me rodean, mi cabeza encaja bajo la tuya, y mis labios pueden besar tu cuello. Siento tu respiración tranquila, y escucho tu corazón palpitar. Sientes mi frío, me arropas y me abrazas más fuerte.

Nuestro sueño se ve interrumpido y ambas despertamos a la vez. En ocasiones solo se interrumpe el tuyo, y en mis sueños percibo tu mirada sobre mi. El tiempo pasa irremediablemente hasta que llega la muerte de la noche. El amanecer de un nuevo día. Nuestros ojos se abren al apreciar la luz que llega desde la ventana. Nos miramos y sonreímos. Ahora me das la espalda, a lo largo de la noche fui yo quien acabo abrazándote a ti. Y beso tu hombro mientras acaricio suavemente la piel que cubre tu alma. Ella siempre me grita desde tus ojos un amor intenso y cálido. Y esta mañana me lo grita en un alto volumen silencioso.

Tus labios y los mios se unen, en un beso que muestra lo maravilloso de esa noche, la alegría de poder despertar juntas bajo las mismas mantas mientras los pájaros nos dedican sus canciones desde el exterior.

martes, 16 de marzo de 2010

Nueva era

Una nueva era comienza. Cuando caes y te haces daño sientes que no podrás volver a levantarte. Pero existen personas que querrán ayudarte a que puedas volver a caminar de nuevo y seguir el viaje. Incluso cuando te levantas con ayuda, lo haces obteniendo más fuerza y confianza en esas personas que te han ayudado.

No conozco a nadie que haya nacido sabiéndolo todo, y si algo bueno existe en la vida es que cada día podemos aprender algo nuevo, nos cueste o no. Así que vamos a comenzar esa nueva era, juntos, todos y compartiendo los sentimientos y pensamientos que mantenemos escondidos en el fondo de nuestro corazón.

jueves, 11 de marzo de 2010

The end

No puedo escribir relatos, no puedo escribir historias, no puedo escribir poemas y ni siquiera una simple frase que suene realmente especial.

Por eso digo adiós, no quiero mejorar ni intentar aprender. Por eso por último os digo: Este blog se encuentra cerrado.

(Gracias por haberme leído todo este tiempo, y espero que al menos algunos relatos os hayan gustado.)

Conociéndome, seguro que en algún momento volveré a publicar algo. O quizá no.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Distintas formas

Existen formas más contundente que un "te amo", pues las palabras son llevadas por el viento y quien las escucha puede llegar a no creer en tus sentimientos.
Nuestras formas de demostrar el amor puede ser con un simple beso, un leve rozamiento de labios que no llega a durar más de dos segundos. Otra manera es un beso más largo e intenso, de un minuto o dos y del que, al separarnos, nuestros labios se vean atraidos, como si de dos imánes de polos opuestos se tratasen. Con un abrazo, una caricia, una sonrisa o una mirada. Cuándo nuestros cuerpos se funden y forman uno.

Pero la mejor manera para mi de demostrar un "te amo", es mirándote a los ojos,sosteniendo levemente tu rostro entre mis manos, impregnar las palabras que salen de mi garganta de amor y finalmente, besar tus labios suavemente, mientras se nos escapan sonrisas, hasta que tus brazos cubren mi cintura, los mios tus hombros y nos quedamos abrazadas.

Porque dos palabras no son capaces de reflejar algo tan intenso y sincero.