domingo, 21 de marzo de 2010

Noche de dos

La noche es la muerte del día. Y no hay nada tan hermoso como la noche. Cuando tu cuerpo está tan cercano al mío, arropadas con las mantas, intentando conciliar el sueño. Tus brazos me rodean, mi cabeza encaja bajo la tuya, y mis labios pueden besar tu cuello. Siento tu respiración tranquila, y escucho tu corazón palpitar. Sientes mi frío, me arropas y me abrazas más fuerte.

Nuestro sueño se ve interrumpido y ambas despertamos a la vez. En ocasiones solo se interrumpe el tuyo, y en mis sueños percibo tu mirada sobre mi. El tiempo pasa irremediablemente hasta que llega la muerte de la noche. El amanecer de un nuevo día. Nuestros ojos se abren al apreciar la luz que llega desde la ventana. Nos miramos y sonreímos. Ahora me das la espalda, a lo largo de la noche fui yo quien acabo abrazándote a ti. Y beso tu hombro mientras acaricio suavemente la piel que cubre tu alma. Ella siempre me grita desde tus ojos un amor intenso y cálido. Y esta mañana me lo grita en un alto volumen silencioso.

Tus labios y los mios se unen, en un beso que muestra lo maravilloso de esa noche, la alegría de poder despertar juntas bajo las mismas mantas mientras los pájaros nos dedican sus canciones desde el exterior.

2 comentarios: