martes, 22 de enero de 2013

[...]
-Entonces, cuando camino por las calles, oscuras, no puedo evitar pensar en las criaturas de la noche, en dónde estarán, preguntándome por qué se esconden y cómo son.-Explico con convicción.

-¿Me estás hablando de... criaturas míticas?-Pregunta mi buen amigo, con los ojos abiertos, incrédulo. Una leve sonrisa de sorna aparece en su rostro.

-¿De qué si no?

-Quiero decir, ¿realmente crees que existen de verdad?-Me plantea, esta vez más serio.

-Sí, por supuesto que lo creo.-Respondo sin más.

-Pero nunca has visto ninguna, ¿cómo puedes creer en ello?

-La misma pregunta puedo hacerte con respecto a tu dios, ¿cómo puedes creer en él si jamás lo has visto?

-...No es lo mismo.

-En parte sí, en parte no. Somos el mismo loco, sin embargo la sociedad solo nos denominará como tal a uno de los dos. Son la misma fe, las mismas esperanzas de que más allá de todo este mundo hostil y gris, existe algo mágico que puede cambiar el sentido de las palabras y los actos. Somos sí... el mismo loco, pero con diferentes prejuicios.

[...]