jueves, 8 de julio de 2010

El fin de Nunca Jamás

En el infinito del cielo negro, alcanzo a ver una nube. Claro está que no sería tan importante, ya que...¿qué importa si he visto una nube o no? Pero ella tiene una forma diferente a las demás. Velas, anclas... un barco que se surca el cielo como si de un mar se tratara. Sin percibirlo, comienzo a elevarme y antes de darme cuenta de que vuelo ya he aterrizado en Nunca Jamás.
Nunca llegué a pensar que negaría que es un lugar maravilloso, con colores vivos y que vería a un niño que nunca llegó a crecer sobrevolando por encima de ese barco que antes vi.

Nunca lo imaginé, pero al final ganó el malo. Ya no hay niños perdidos que se burlan y rien a carcajadas mientras corren por el paisaje verde. Por no haber, no hay ni paisaje verde. Ahora es ciudad, el barco se hundió y es como un lugar que, sin que lo indique, no debe penetrase. Pero yo entro para intentar averiguar lo que provocó todo. Antes de dar dos pasos, una decena de piratas ya me rodean y me señalan con sus espadas.
Casi sin sentirlo, ya estoy a solas con el capitán del barco, atrapada.

Entonces sé que..."nunca jamás" podré volver a mi hogar.

1 comentario:

  1. Supongo que Garfio ganó la partida, pero siempre podemos volver a jugar

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