martes, 24 de agosto de 2010

Sueños muertos

Luceros del rostro que reflejan tristeza,
petalos de rosa inclinados hacia abajo,
surcos de lágrimas que descendieron, ligeras.
Suspiros anheladores expulsados con trabajo.

Un Amor destinado a desangrarse eternamente
en el lecho de los cadáveres de mis sueños.
No deseé algo efímero, solo algo permanente;
en mi vida, ahora vacía, no caben los lamentos.

La noche llega gritando, golpeando mi ventana.
El día se fue llorando sin despedirse; olvido
mi semblante alegre, ojos cerrados, ahora tirada
en el suelo estoy, inerte. Solo recuerdo lo vivido,
hasta que el corazón lo evade.

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