Tres corazones tristes sobre el río de sangre
clamaban al cielo paz, clamaban al cielo guerra.
Un corazón dividido en un sentimiento cobarde
y otro sincero, que ciega los ojos con una venda.
¡Truenan recuerdos rotos reclamando revivir!
Cuchillos afilados en manos descontroladas,
coléricos, fríos como su mirada llena de pesar
y angustia; relucientes y brillantes...hasta
la Luna de plata tiembla desde su oscura esfera.
Una Luna dividida entre dos bandos enfrentados.
Ya solo queda el recuerdo de un amor vencido,
lascivo y lujurioso, como ese sentimiento cobarde
que tan solo inocente jugaba sin ser dividido.
La Luna llora lamentando la lluvia de roja sangre
derramada por manos que solo su amor buscaba.
Tormenta... Esperemos a ver el cielo
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