viernes, 30 de octubre de 2009

Frío

La risa crecía en la pequeña estancia, mientras jugábamos sin pensar en otra cosa que en la diversión. Al acabar el juego, la música nos invade ahora. Melodías que incitan a los espíritus adentrarse en nuestro mundo de mortales, y que no suelen gustarles a todos. Decidimos parar las canciones.

Tarde.

Una, dos, no sé cuantas almas se presentaron en aquel lugar. La risa se pierde, aparece el frío y sentimos como algo en nuestro interior se apaga.
Intentamos solucionarlo con canciones rítmicas y alegres, pero la sonrisa no apareció de nuevo en nuestro rostro. Nervios, miedo e inquietud se apoderan de nosotros.

No se lleva a cabo ninguna aparición, pero sabemos que están ahí, ¿observando? ¿intentando hacer daño? Yo no lo sé. Pero pueden sentirse, y eso no quita el hecho de que están. Tal vez la Luna los inciten a aparecer esta noche, o mañana. La noche de los difuntos aún no ha comenzado.

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